Demos gracias.

Demos gracias

Son los momentos imposibles
que nos ponen en la brecha
los que nos catapultan,
con suerte,
a la otra orilla

Cuando quietos, paralizados
el arco tenso, la flecha a punto,
enloquecemos de angustia
sin saber dónde apuntar
si arriba, abajo, a dentro, a fuera,
a mi, al otro, a dios, al diablo, a qué ..?
Cuál es la dirección y..,, no hay respuesta
La incertidumbre, la duda,
el dolor de no-saber nos aboca,
con suerte,
a tierra de nadie ahí, donde no queda
nada entre lo que dudar

Las tristezas indecibles
no compartidas nunca, anidan
en la garganta y derraman su amargura
día con día y gota a gota,
hasta que el corazón se estalla y
con suerte,
nos impulsa a salir de ese fuego
nos obliga a tomar aire,
y a volver a respirar

Las injusticias flagrantes
las que nadie escucha
y que se repiten, se ensañan y
ufanas se regodean
en su capacidad de herir,
son el fuego insoportable que,
con suerte,
aniquila toda sombra
de verdad absoluta y hace
del bien y el mal,  y de todos los opuestos, 
un mero juego de azar

Las exigencias constantes,
la incesante pretensión de ir 
hasta el final y mas allá todavía
son un viento huracanado
cargado de arena
que azota sin tregua
y desgasta y erosiona el alma
hasta dejarla,
con suerte,
libre de pretensiones y exigencias,
clara, comedida y contenta
al fin consigo misma
 

Cuando nada ayuda
y el corazón no se afloja
hagamos lo que hagamos,
pequeñitos, apretados, irrisorios
nos resistimos al mundo y a sentir.., pero
el miedo, el desespero y la desesperanza
nos toman de la mano y no nos dejarán
todo a lo largo del camino hasta que,
con suerte y de pronto,
sin que sepamos cómo, se sueltan y
sin miedo o desconcierto alguno
el corazón se afloja, se abre
y se echa a reír


Demos gracias
a los momentos oscuros e indeseables
a las situaciones imposibles
de aliviar, a las derrotas sucesivas
y las humillaciones constantes
ocasiones que se presentan cada día
y que,
     con suerte,
            nos catapultarán..


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